lunes, febrero 21, 2011

Asumiendo responsabilidades


Recientemente ha habido todo un revuelo en el mundo del budismo zen estadounidense a raíz del comportamiento de Genpo Roshi (Dennis Merzel), el creador del proceso Big Mind. Me ha llamado mucho la atención este asunto por varios motivos, entre otros porque mi propio camino espiritual empezó con la práctica del zen en la sangha de Dokushô Villalba, he conocido a Genpo Merzel y practicado Big Mind y también hace tiempo que mi interesa la sombra de la práctica espiritual, la ropa sucia. En este caso lo que más me impresiona es el gesto noble que tiene Merzel al publicar la carta que viene reproducida a continuación y al dejar los hábitos – todos podemos equivocarnos y lo hacemos, pero no es siempre tan fácil reconocerlo. Me recuerda una conversación que escuché con Tami Simon, la fundadora de Sounds True, donde hablaba de las dos clases de maestros con los que se había encontrado a lo largo de muchos años haciendo y grabando entrevistas con ellos: los que sabían admitir sus errores, aun a riesgo de perder seguidores, y los que no. Ojalá que todos – profesores, políticos, banqueros, maestros espirituales - fuésemos capaces de dar el mismo paso en circunstancias parecidas, honrando así el meta profundo que nos mueve para servir al bien de todos los seres.

Asumiendo mi responsabilidad.
Una declaración personal de Genpo Merzel.
He elegido dejar los hábitos de sacerdote budista, dejaré de dar los preceptos y ordenaciones, aunque seguiré enseñando Big Mind. Dedicaré el resto de mi vida integrando sinceramente la ética del budismo soto zen en mi vida y práctica para poder recobrar dignidad y respeto. Mis acciones han generado muchísimo dolor, confusión y controversia para mi esposa, familia y sangha, por todo lo cual estoy profundamente apenado y arrepentido. Mi conducta no estuvo de acuerdo con los preceptos budistas. Me parece que dejar los hábitos no es más que una pequeña parte de una respuesta congruente.
Para que no haya malentendido, mi renuncia como sacerdote budista soto zen no afecta al estatus de las personas a quienes haya dado los preceptos, ordenación, u otras iniciaciones. También renuncio como responsable de la Asanga White Plum. Mis acciones no deben entenderse como un reflejo del carácter moral de cualquier miembro de la White Plum.
Como Genpo Merzel, seguiré llevando Big Mind al mundo además de entrenar y ayudar a la gente que quiera estudiar conmigo. Seguiré a la disposición de la gente que desee seguir estudiando conmigo, en tanto que un ser humano más que trabaja con sus propias sombras y patrones profundos.
Con gran humildad seguiré trabajando con mis propias sombras y patrones profundos que me han llevado a fallar en cuanto que persona moral y ética y ser humano decente. Agradezco todo el amor y apoyo que me han sido ofrecidos, así como las críticas. Experimentar todo el dolor y sufrimiento que he causado me ha llegado realmente al corazón y ha sido el mejor maestro. Me ha ayudado a abrir los ojos y me ha proporcionado más claridad en cuanto a mi comportamiento deshonesto y dañino, además de mi mala conducta sexual. Hace poco he entrado en terapia y pienso seguir con ella indefinidamente. Estoy experimentando un dolor profundo por todo el sufrimiento que he causado a mi esposa, a mis hijos, alumnos, sucesores y a la Sangha.
Con tristeza y amor.
D. Genpo Merzel.

domingo, febrero 13, 2011

Cómo me relaciono

En el Máster de PHI hemos estado trabajando con la teoría de apego de Bowlby y con el trabajo posterior de Mary Ainsworth sobre los estilos de apego. Gracias a un experimento conocido como la “Situación Extraña”, Ainsworth encontró tres tipos de apego en los pequeños hacia sus madres (o cuidadores). El primero, apego seguro, describe un niñ@ que siente a su madre como una base segura para explorar a su alrededor, se estresa si su madre se ausenta pero se consuela fácilmente cuando vuelve. El segundo, inseguro/ambivalente, no está tan dispuesto a explorar, porque no se fía de la madre, se estresa si se queda solo o con otra persona pero muestra enfado o rechazo al volver la madre. El tercero, inseguro/evitador, demuestra más bien una exploración superficial, “mariposa” y se muestra más indiferente a la madre, relacionándose más desde la evitación. Los dos tipos inseguros son los que más retos presentarían a las personas de mayores, ya que de algún modo el tipo de apego establecido en los primeros ocho meses de vida influiría en la manera de relacionarse durante el resto de la vida. En mi caso, como hijo adoptado a los 11 meses, creo que mi punto de partida en la vida fue el tipo inseguro/evitador, el que de mayor está más bien en negación de las emociones difíciles – así es como me veo retrospectivamente, por lo menos, hasta el momento de emprender un trabajo personal serio a los 30 y pico años.



En relación con esto, nos pidieron realizar un trabajo de hacer dibujos reflejando nuestras relaciones en las distintas etapas de nuestras vidas para compartir y comentar con una pareja. Como yo siento que tengo cierta asignatura pendiente con mi parte creativa o mi hemisferio derecho, me decidí aprovechar la ocasión y aplicarme. Curiosamente al empezar a trabajar el primer cuadro, el de la infancia, ya me encontré removido. Estaba trabajando con una aplicación en el iPad, hacía un borrador y ¡se perdía! … y así varias veces, empezando desde cero, y mi Niño Interior entre el berrinche y el desánimo … Al final encontré una aplicación muy buena, ArtRage, que es con la que hice mis cuadros, y a partir de ahí ya me iba mejor la cosa. El primero trata de mi infancia hasta los 10, 11 años, hasta que me dijeron mis padres que era hijo adoptivo, más o menos. Se ve a mi madre biológica en la esquina de la izquierda, mi hermano adoptivo arriba y mis padres adoptivos en el centro. Yo estoy en mi mundo, jugando, construyendo, con cierta distancia de mi madre, ahí sí que me veo y me siento en lo de inseguro/evitador.



En este segundo cuadro intento reflejar mi adolescencia, es hasta los 20 años, más o menos, en el instituto de sólo chicos al que iba, asentándome en un nivel cognitivo con los estudios que me salían bien a la vez que hacía vida de "rebelde", y me escapaba de mis conflictos en casa, sobre todo con mi madre.



En el tercero, quiero reflejar el periodo de mi vida entre los 20 y los 35 (más o menos) - una época en la que realmente quería prolongar la adolescencia, en el que buscaba placeres, me metía en una relación sentimental tras otra, nunca satisfecho, bastante narcisista, hedonista … Desde la perspectiva de hoy representa un periodo de mucha inconsciencia, en el que me veo movido por hilos saliendo de la sombra como una marioneta, sin darme cuenta. Tenía asuntos emocionales por dentro sin resolver y que intentaba obviar racionalizándolo todo, volcándome en relaciones, bebiendo, saliendo por la noche, fumando porros, perdiéndome … Y el otro lado de la moneda se veía en las depresiones periódicas que sufría a lo largo de estos años. En fin, aunque en estos años había sufrimiento y confusión en mi vida, también en esta etapa hubo la semilla que dio lugar a la siguiente.


En el cuarto intento captar lo que está siendo el periodo actual de mi vida de los últimos 12, 13 años. Durante este tiempo es cuando finalmente decidí a entrar en terapia, cuando empecé también a meditar, y a cuidarme a distintos niveles. También ha sido la etapa en la que he conocido a mi madre biológica, y - hace 7 años - a María, mi pareja, la persona con quién comparto camino, y con quien por fin siento que tengo un proyecto de vida maduro, responsable, abierto, vulnerable, de crecer juntos ... No sé cómo será el siguiente cuadro, la próxima etapa, igual, como dice Dylan, ¡“Algún día todo va a ser diferente/Cuando pinto mi obra maestra”!

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